¿La Zona Gris?
La “zona gris” se puede comparar con la
niebla más densa, una nebulosa impenetrable entre la vida y la muerte, donde el
alma que no ha tenido resolución puede quedar atrapada entre la materia y el
espíritu durante las fases de transición del proceso de la muerte.
Tened la certeza de que
no os gustaría estar en este lugar, ni como unidades individuales en vuestros
propios ciclos de vida y muerte, ni como un cuerpo celeste en tránsito hacia su
próxima dimensión. Es aquí donde residen los infames “grises”, vuestro
estereotipo de los villanos
extraterrestres.
Como nota al margen,
queremos enfatizar que éstos no son seres de luz, y que vuestro creciente
encaprichamiento con ellos los conserváis así presente en vuestra conciencia.
Desde estos turbios
vapores se han escabullido a múltiples entornos del universo material y su presencia perturba siempre la armonía de
los seres tridimensionales.
No pertenecen ni a lo
físico ni a lo espiritual, y por eso ocasionan mucho miedo y molestias cuando
aparecen en vuestra realidad.
Os podemos decir que
Gaia es actualmente el cuerpo celeste más inestable de vuestro sistema solar, y
se la considera el eslabón débil de la Deidad Solar por muchas razones.
Paradójicamente, es
también el más dinámico, pues el potencial de la conciencia humana es inmenso e
inagotable y, según la lectura del Registro Akásico, nos consta que los seres
de la Tierra son capaces de inimaginables obras de amor y compasión,
especialmente en los momentos culminantes de una crisis. Después de todo,
vuestra gran capacidad de sentir intensa emoción es un aspecto sumamente vital
de vuestra condición humana, y os animamos a que conozcáis vuestro cuerpo
emocional en toda su complejidad.
Nos fascina vuestra
emotividad, pues cuando estáis llenos de amor sois capaces de sentir extrema
alegría, placer y el éxtasis de la vida, y es un deleite para nosotros
experimentar esas ondas arrolladoras que pasan por nuestros reinos.
Estamos agradecidos con
vosotros. Vuestras emociones, cuando las exalta el amor, son un aspecto
extremadamente poderoso de vuestra humanidad, aquello que os lleva a la
grandeza. Vuestro éxtasis se siente a lo largo y a lo ancho de los cielos.
Esta es una de las
razones principales que explican por qué se ha puesto tanta atención en
vosotros, por qué son tantos los ojos que están observando y por qué el “Maestro Codificado” ha decidido
realizar su Gran Obra desde vuestro ámbito planetario.
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