lunes, 24 de septiembre de 2012

Ninguna posibilidad de elegir


Ninguna posibilidad de elegir

La señora Jiménez, que acababa de llegar al cielo, se dirigió tímidamente al ángel que hacía las inscripciones.
-Dígame, ¿sería posible tener una entrevista con alguien aquí en el cielo?
 El ángel del registro le contestó:
-Por supuesto, suponiendo que esa persona esté en el cielo.
-Estoy segura de que está aquí -dijo la señora Jiménez-; en realidad, quiero ver a la Virgen  
 María.
 El ángel que hacía las inscripciones carraspeó:
-Ah, sí. Da la casualidad que está en otra sección, pero si in­siste, entregaré su solicitud. Es una  
 señora muy amable y tal vez quiera visitar su antiguo barrio.
 Se presentó la solicitud y la Virgen estuvo muy atenta. No pasó mucho tiempo antes de que la 
 señora Jiménez recibiera la visita de la Virgen. La señora Jiménez contempló durante un largo 
 rato la figura radiante que tenía delante de ella y finalmen­te dijo:
 -Por favor, perdone mi curiosidad, pero siempre le he queri­do hacer esta pregunta: ¿qué se
 siente al tener un hijo tan ma­ravilloso que desde que nació ha sido alabado por cientos de mi­
 llones de personas como si fuera un dios?
 La Virgen respondió:
 -Francamente, señora Jiménez, a nosotros nos habría gus­tado que fuese médico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario