Ninguna
posibilidad de elegir
La
señora Jiménez, que acababa de llegar al cielo, se dirigió tímidamente al ángel
que hacía las inscripciones.
-Dígame,
¿sería posible tener una entrevista con alguien aquí en el cielo?
El ángel del registro le contestó:
-Por
supuesto, suponiendo que esa persona esté en el cielo.
-Estoy
segura de que está aquí -dijo la señora Jiménez-; en realidad, quiero ver a la
Virgen
María.
El ángel que hacía las inscripciones
carraspeó:
-Ah,
sí. Da la casualidad que está en otra sección, pero si insiste, entregaré su
solicitud. Es una
señora muy amable y tal vez quiera visitar su
antiguo barrio.
Se presentó la solicitud y la Virgen estuvo
muy atenta. No pasó mucho tiempo antes de que la
señora Jiménez recibiera la visita de la
Virgen. La señora Jiménez contempló durante un largo
rato la figura radiante que tenía delante de
ella y finalmente dijo:
-Por favor, perdone mi curiosidad, pero
siempre le he querido hacer esta pregunta: ¿qué se
siente al tener un hijo tan maravilloso que
desde que nació ha sido alabado por cientos de mi
llones de personas como si fuera un dios?
La Virgen respondió:
-Francamente, señora Jiménez, a nosotros nos
habría gustado que fuese médico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario