El Éxito
Los muros de las
dificultades deben ser derribados y el éxito debe venir por el esfuerzo,
mediante la presión unida de las almas decididas, que siguen adelante hacia la
victoria, a pesar de todas las probabilidades en contra. El esfuerzo unido y definido
debe ser llevado adelante sin desaliento ni vacilaciones, con la debida
atención al factor tiempo, a la vez que con sentido de apremio, lo cual evitará
todo movimiento inútil y no habrá oportunidad de retroceder. Muchas personas
colaborarían, hermano mío, pero no lo hacen actualmente debido al temor o por
hacer resaltar demasiado lo no esencial. Me refiero aquí a las personas de
buena voluntad que se dan cuenta de la urgencia del trabajo de los Maestros,
pero que todavía no prestan su ayuda en plena medida. Hay también quienes no se
dan cuenta de la urgencia y son inconscientes de lo inmediato del Plan, o de
que existe un Plan. Sin embargo, si se les explicara el asunto, prestarían
ayuda... El esfuerzo concentrado y dirigido puede tener resultado, a pesar de
las condiciones del mundo, de la mala interpretación de quienes no comprenden y
de la carencia de responsabilidad en la respuesta dada por nuestros
condiscípulos, cercanos o lejanos.
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