Nunca a gusto de todos
Todos se reúnen y él les dice:
¡Querido pueblo! ¿sabéis de qué voy a hablaros?
Ellos: "No, no lo sabemos".
"Pues entonces me retiro, no puedo enseñar a gente tan ignorante".
El pueblo delibera, y le invitan otra vez; y él:
"¡Querido pueblo! ¿sabéis de qué voy a hablaros?"
Ellos: "Sí, lo sabemos".
"Pues entonces me retiro, no puedo enseñar a gente que ya lo sabe todo".
El pueblo vuelve a deliberar, ya preocupado, llegan a una astuta solución y le vuelven a invitar. Y él vuelve a preguntar:
"¡Querido pueblo! ¿sabéis de qué voy a hablaros?"
Ellos: "Unos sí, y otros no".
"Pues entonces que los que lo saben se lo enseñen a los que no lo saben".
Y se retiró.
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