jueves, 11 de octubre de 2012

2 Pesos, 2 Medidas, 2 Morales


2 Pesos, 2 Medidas, 2 Morales

Es hoy en día, una evidencia para todo el mundo que existen dos pesos y dos medidas, según que uno sea rico y poderoso, o que se sea ciudadano ordinario. Un ejemplo reciente es la condena a prisión de José Bové por haber arrancado plantas transgénicas, mientras que políticos y jefes de empresa benefician de impunidad por graves asuntos de corrupción, malversación y desvió ilegal de fondos públicos, o incluso por crímenes contra el medio-ambiente.
La regla general es que para los dirigentes y las organizaciones del poder económico, se deja la libertad total para que se enriquezcan explotando y destruyendo las vidas mediante la miseria o la contaminación. Se les da también la libertad de destruir la naturaleza, los bosques, los paisajes, la biodiversidad, condenando y comprometiendo al mismo tiempo nuestro futuro y el de las futuras generaciones, cometiendo de esa forma un verdadero crimen para la humanidad y contra el mundo en su conjunto.
Para los otros, para el pequeño contribuyente sospechado de haber defraudado al fisco por una suma menor, para el infractor del código de transito o de cualquier otras numerosas reglamentaciones que se aplica al ciudadano ordinario, se prevé sanciones rigurosas y agentes administrativos eficaces y en gran numero.
A unos, se les consiente siempre más "dereglementaciones" y "liberalismo". Para otros, se prevé una reglamentación siempre más abundante y obligatoria.
Así el ciudadano ordinario debe respetar ciertas reglas relativas a su coche, debe someterse a un control técnico para tener un vehículo seguro y no contaminante. Debe seleccionar hasta su basura.
Al mismo tiempo, las normas de contaminación industrial son laxistas, flexibles, los transportistas terrestres conducen mas allá de las horas reglamentarias camiones contaminantes y peligrosos, y los armadores hacen circular basuras flotantes sobre los océanos.
El ciudadano debe respetar escrupulosamente normas para obtener el permiso de construir su casa, mientras que el industrial puede volver feo el medioambiente con sus fábricas o sus supermercados construidos al menor costo y sin ninguna inquietud estética o de integración con relación al medioambiente.
El ciudadano ordinario no debe provocar sonidos nefastos, mientras que las empresas que realizan trabajos públicos pueden contaminar libremente la vida de las personas con el ruido de sus maquinas, y sus olores nauseabundos.
Así mismo, la venta de droga por los pequeños traficantes es severamente reprimido, pero las industrias agro-alimentarías y farmacéuticas tienen toda la libertad de contaminar poblaciones enteras con:
- los tranquilizantes y somníferos cuyo efecto cautivo es similar a las drogas duras
- los medicamentos con efectos secundarios reconocidos
- los pesticidas propagados en el medioambiente y en el agua
- los productos químicos cancerígenos presentes en la alimentación
- la carne saturada con hormonas, antibióticos, y ansiolíticos
- los OGM cuya inocuidad esta lejos de ser probada
2 Morales
El ciudadano ordinario esta invitado a respetar la fauna y la flora cuando se halla en una reserva natural. Sin embargo, al mismo tiempo, descargas industriales ilegales son toleradas, y reservas naturales magnificas son destruidas por la explotación forestal, o para proyectos inmobiliarios o industriales.
El ciudadano ordinario es sensibilizado hacia la tolerancia, al respeto de otros. Pero para los dirigentes económicos, la vida humana es avaluada en dólares, y su valor estimado como negativa cuando se trata de personas "a cargo de la sociedad".
Para resumir, existen 2 órdenes, 2 sistemas de valores. Uno oficial, destinado al buen pueblo. El otro, oficioso, destinado a los miembros de las clases dirigentes.
Para los unos, se les inculca el respeto de la naturaleza, el respeto hacia el prójimo, la tolerancia, la gentileza y la generosidad.
Para los otros, queda claro que la gentileza es sinónima de estupidez, y la generosidad es una prueba de ingenuidad. En cuanto al respeto de la naturaleza y de los individuos, estos solo deben ser tomados en cuenta en los raros casos en los cuales no entran en contradicción con el máximo provecho o lucro.









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