El País del Plano
En “El País del Plano”, los
personajes son formas geométricas diversas que viven en un mundo exclusivamente
bidimensional. Al comienzo de nuestra historia, el narrador, un Cuadrado de
mediana edad, tiene un sueño inquietante en el cual visita un reino
unidimensional, el País de la Línea, cuyos habitantes sólo pueden moverse de un
punto a otro. Con creciente frustración intenta explicar quien es él, una línea
de líneas, proveniente de un país en el que se puede uno mover, no sólo de punto
en punto, sino también de lado a lado. Los habitantes del País de la Línea,
enfadados, están a punto de atacarle cuando se despierta sobresaltado.
Un poco más tarde, aquel
mismo día, intenta ayudar en sus estudios a su nieto, un pequeño Hexágono. El
nieto sugiere la posibilidad de una tercera dimensión, un reino en el que
habría arriba y abajo, además de un lado y otro. El Cuadrado tacha esta idea de
estúpida e inimaginable. Aquella misma noche el Cuadrado tiene un encuentro
extraordinario, decisivo para su vida: recibe la visita de un habitante del
País del Espacio, el reino de las tres dimensiones.
Al principio, el Cuadrado se
siente simplemente confundido por su visitante, un extraño círculo que parece
cambiar de tamaño, e incluso desaparecer. El visitante se presenta a sí mismo
como una Esfera. Parecia cambiar de tamaño y desaparecer, tan sólo porque
estaba acercándose al Cuadrado en el espacio y descendiendo al mismo tiempo.
Dándose cuenta de que sólo con argumentos no podría llegar a convencer al Cuadrado
de la existencia de la tercera dimensión, la Esfera, exasperada, le introduce
en una experiencia de profundidad.
El Cuadrado queda fuertemente
conmocionado. Dice: 'Tenía una sensación confusa y mareante en la visión, era
algo distinto que ver; veía una línea que no era una línea, y un espacio que no
era espacio. Yo era y no era yo mismo al mismo tiempo. Cuando pude recobrar la
voz, lancé un grito de agonía: Esto es la locura o el infierno!'. 'No es
ninguna de las dos cosas', replicó serenamente la voz de la Esfera. 'Es
conocimiento; son las tres dimensiones. Abre tus ojos otra vez, y trata de
mirar con tranquilidad'.
Tras haber tenido esa
experiencia intuitiva de la tercera dimensión, el Cuadrado se convierte en su
apóstol, intentando convencer a sus conciudadanos del País del Plano de que el
Espacio es algo más que sólo una noción propia de los matemáticos. A causa de
su insistencia, es finalmente encarcelado en beneficio publico. Cada año, en lo
sucesivo, el sumo sacerdote del País del Plano, el Círculo Jefe, acude a
tantearle para comprobar si ha recobrado su sano juicio, pero el Cuadrado
continúa insistiendo testarudamente en que hay una tercera dimensión. No puede
olvidarlo, aunque no es capaz de explicarlo.
Edwin
Abbott
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